Ansiedad, neuroesteroides y deterioro cognitivo
Estrés crónico y cerebro: una relación delicada
El estrés crónico no solo afecta el estado emocional, sino también la arquitectura cerebral. Diversos estudios han demostrado que la exposición prolongada al estrés puede alterar el funcionamiento de regiones clave como el hipocampo, implicado en la memoria y el aprendizaje. Uno de los mecanismos más estudiados es el aumento sostenido de neuroesteroides, sustancias que modulan la actividad neuronal.
¿Qué papel juega la alopregnanolona?
La alopregnanolona (también conocida como THP o THPROG) es un neuroesteroide derivado de la progesterona, presente en la sangre y el cerebro. Actúa como modulador de los receptores GABA, que regulan la inhibición neuronal. En condiciones normales, tiene efectos ansiolíticos y neuroprotectores. Sin embargo, cuando sus niveles se mantienen elevados de forma crónica —como ocurre en situaciones de estrés persistente— puede alterar el equilibrio cerebral.
La tesis de Sara K. Bengtsson, desarrollada en la Universidad de Umeå (Suecia), exploró este fenómeno en modelos animales. En ratones con predisposición genética al Alzheimer, la exposición prolongada a niveles altos de alopregnanolona aceleró el deterioro cognitivo. Se observaron dificultades en el aprendizaje, pérdida de memoria y un aumento en la acumulación de beta-amiloides, proteínas asociadas a la formación de placas características de esta enfermedad.
Sinapsis, memoria y vulnerabilidad
Uno de los hallazgos más relevantes fue la disfunción sináptica en etapas tempranas del Alzheimer, incluso antes de que los síntomas se hicieran evidentes. Los ratones tratados con alopregnanolona mostraron alteraciones en la comunicación neuronal (sinapsis), mientras que los del grupo placebo conservaron sus funciones cognitivas por más tiempo.
Aunque estos resultados provienen de estudios preclínicos, abren preguntas importantes sobre el impacto del estrés sostenido en la salud cerebral en personas. Si existiera una correlación similar, podría significar que la moderación del estrés no solo mejora la calidad de vida, sino que también reduce el riesgo de deterioro neurodegenerativo.
Conclusión
El estrés crónico puede tener efectos profundos en el cerebro, y la alopregnanolona podría ser una pieza clave en la relación entre ansiedad sostenida y riesgo de Alzheimer. Aunque aún se requieren más estudios en humanos, estos hallazgos invitan a pensar el estrés ya no solo como malestar emocional, sino como un factor neurobiológico que merece atención.
Referencias
Bengtsson, S. K. (2004).
Neurosteroids and Alzheimer’s disease: experimental insights
from animal models. Universidad de Umeå.
Servi, R., Akkoç, R. F.,
Aksu, F., & Servi, S. (2025). Potencial terapéutico de las
enzimas, los neuroesteroides y los esteroides sintéticos en los
trastornos neurodegenerativos: una revisión crítica. Journal
of Steroid Biochemistry and Molecular Biology, 251, 106766.
https://doi.org/10.1016/j.jsbmb.2025.106766
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Morrison, J. H. (2013). The brain on stress: vulnerability
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Neurobiology of Stress, 8, 1–13.
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