Fobia social: Síntomas y características

Las personas con fobia social hacen lo
que sea para evitar sus peores miedos.
Los problemas de interacción social se han registrado desde mucho antes de ser clasificados en los manuales de diagnóstico. Y no fue sino hasta los años 70 que se empezó a estudiar formalmente este tipo de fobia, generando un rápido incremento en el número de investigaciones asociadas. El trastorno de fobia social adquirió gran importancia, no sólo por los altos índices de prevalencia dentro de la población general (9,5% en mujeres y 4,9% en hombres [censo de 1999]) sino también por las consecuencias en el deterioro de la calidad de vida y la aparición de otros trastornos mentales relacionados, como las alteraciones de los estados de ánimo (depresión mayor, ciclotimia o trastornos bipolares).
Características y síntomas generales de la fobia social
Los estudios sobre la prevalencia de la fobia social (o trastorno de ansiedad social) se han dificultado debido a la falta de especificación sobre la severidad del trastorno. Así, por ejemplo, las personas que experimentan miedos sociales, o se consideran tímidas ante ciertas situaciones sociales, no cumplen ciertamente los criterios de fobia social, pero pueden haber sido incluidas en el censo para establecer la prevalencia. Las variaciones en los síntomas pueden marcarse mucho de una persona a otra y se calculan por lo general en función de su intensidad, de tal forma que resulta difícil establecer un límite entre lo que es una fobia social verdadera y un estado de timidez no patológico. Además, la presencia de otros trastornos mentales, como el trastorno de personalidad por evitación, pueden también dificultar el diagnóstico de fobia social (FS).
Las personas que sufren de FS experimentan intensa ansiedad por el sólo hecho de relacionarse con personas desconocidas. Se sienten intimidadas por el hecho de ser observadas por los demás, y sienten un profundo temor de ser evaluadas o juzgadas como "locas", débiles o estúpidas.
El temor incontrolable puede deberse a una serie de situaciones, por ej.:
  • comer o beber frente a otros
  • escribir frente a otros
  • entablar citas con un extraño
  • hablar en público
  • tomar la iniciativa para comenzar una conversación
  • tocar un instrumento en público
  • hablar con alguien de autoridad
Las circunstancias en las que puede experimentarse fobia social son muchas, aunque se ha constatado que existen tres tipos básicos, a saber:
a) de ejecución (realizar una actividad frente a otros),
b) de interacción (hablar con otros)
c) generalizada (un temor extendido a diversidad de situaciones)
Estas clasificaciones, no obstante, no se han incluido en las ediciones del DSM.
El intenso temor al rechazo hace que la persona con FS sea un crítico observador de sus propias actuaciones, principalmente cuando está frente a alguien con autoridad. Se sabe que el nivel de ansiedad que experimenta una persona con FS está relacionado con el grado de exigencia o formalismo que requiere la situación. Y si bien la persona tiene temor de ser rechazada o humillada, su mayor temor radica en la posibilidad de "ser descubierta", o bien, de que la otra persona se de cuenta de su ansiedad y precaria situación emocional.
Por supuesto, las personas con este trastorno tienden a evitar a toda cosa las situaciones que podrían provocar su ansiedad. Una persona con FS, a diferencia de una con fobia específica (p. ej., miedo a las ratas), le resulta mucho más difícil evadir el objeto de temor. No obstante, estas personas soslayan la situación de formas más sutiles, tales como mantenerse callado en una plática en grupo, buscar un lugar poco visible para los demás, portar gafas o desviar la vista en determinado momento.
Al tener que hablar con alguien, porque no queda otra opción, la persona con FS con frecuencia baja su tono de voz inconscientemente, a tal punto que su interlocutor puede pedirle que hable más alto en repetidas ocasiones. La falta de asertividad así como el miedo anticipatorio son otras consecuencias asociadas a este trastorno. Todas estas circunstancias no sólo se originan en una auto-percepción de inseguridad y baja autoestima, sino también son parte del condicionamiento a estos estados, generando así un círculo vicioso que se retroalimenta constantemente.
Cuando debe enfrentar una situación social, la persona con FS presenta síntomas parecidos al de una crisis de angustia:
  • sudores
  • tensión muscular
  • boca seca
  • rubor facial
  • escalofríos
  • palpitaciones
  • temblor
  • sensación de vacío en el estómago o molestias gastrointestinales
  • diarrea
  • confusión
  • en niños son frecuentes los dolor de cabeza o molestias estomacales
Algunos de estos síntomas fisiológicos, como es de suponer, son susceptibles a la observación ajena, por lo que es fácil adivinar la angustia social que se vive ante la posibilidad de que otra persona, principalmente si es un desconocido o tiene cierta autoridad, detecte sus emociones y pensamientos a través de estas expresiones corporales. Los síntomas fisiológicos y psicológicos asociados podrían, en casos extremos, llegar a cumplir con el criterio formal de una crisis deangustia situacional.
A pesar de que los adultos y adolescentes son conscientes de sus síntomas y respuestas exageradas a la situación (nivel de consciencia que por lo general no alcanzan los niños), afirman sentirse incapaces de controlarlas por sí solos. Todos estos miedos pueden aparecer en un amplio grupo de la población general (principalmente al hablar en público), pero sólo en algunas personas son tan intensos y provocan tanto malestar como para impedir un desenvolvimiento normal de vida. La ansiedad social puede, por tanto, provocar un marcado deterioro interpersonal, lo cual puede afectar directamente el rendimiento laboral, académico, relaciones familiares, e incluso, influir en la calidad de los momentos recreativos.
NOTA: Aunque el trastorno de fobia social puede remitir parcial o totalmente durante el transcurso de la edad adulta, se recomienda su tratamiento, ya que su curso por lo general es crónico o continuo a lo largo de toda la vida (APA, 1995).

Referencias:
Kessler, R.C., Stang, P., Wittchen, H.-U., Stein, M. & Walters, E.E. (1999) Lifetime co-morbidities between social phobia and mood disorders in the US National Comorbidity Survey. Psychological Medicine, 29: 555-67.
Lampe, L.A. (2000) Social phobia: a review of recent research trends. Current Opinion in Psychiatry, 13(2): 149-55.
Wittchen, H.-U., Stein, M.B & Kessler R.C (1999) Social fears and social phobia in a community sample of adolescents and young adults: Prevalence, risk factors and co-morbidity. Psychological Medicine, 29: 309-23.